Por Lourdes Arana
lcarana@lahora.com.gt

Luego de que el presidente en funciones, Guillermo Castillo, solicitara al relator especial sobre la Independencia de Magistrados y Abogados de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Diego García-Sayán realizar una visita al país para conocer las condiciones de trabajo de los magistrados, jueces y otros actores de justicia, la Asociación Guatemalteca Jueces por la Integridad (AGJI) respaldó y se adhirió al pedido de una verificación in situ a Guatemala.

 

En este sentido, el presidente de AGJI, Carlos Ruano, comentó que es importante la invitación que Castillo hizo al relator de Naciones Unidas García-Sayan, porque es un mecanismo que supervisa y asesora técnicamente todo lo relacionado a legislación y procedimientos para protección de la independencia de jueces, “un tema que para la asociación es de constante lucha en un país y más en las condiciones en las que se encuentra Guatemala”, señaló Ruano.

“Que se active un mecanismo que está a disposición de las Naciones Unidas, nos parece muy importante dados los acontecimientos en los que la justicia se encuentra en Guatemala, denuncias de persecuciones espurias, falta de seguridad, no acatamiento de resoluciones judiciales y el grave riesgo que existe de la no institucionalidad en el país. Es por eso que aplaudimos esa invitación, respaldamos y nos adherimos a invitar al relator de Naciones Unidas para que haga esa visita a Guatemala”, añadió.

SOLICITUD DE CASTILLO A GARCÍA-SAYAN

En el documento enviado por Castillo al relator de Naciones Unidas Diego García-Sayan, explicó que en Guatemala se ha llevado a cabo el proceso de integración y elección de las más altas cortes y en ese contexto considera que uno de los pilares fundamentales para la democracia de un país es la justicia.

Por lo que pidió al relator a visitar el país con el fin de conocer las condiciones de trabajo de magistrados, jueces y otros actores ya que, a su consideración, las recomendaciones que emanen de dicho organismo podrían contribuir al fortalecimiento del sistema de justicia en Guatemala.

“Uno de los pilares fundamentales de la democracia es la justicia. Sin Justicia no hay paz, por ello se hace necesario proteger nuestro sistema de posibles interferencias de poderes externos que limiten el cumplimiento de los fallos judiciales”, indicó en su pronunciamiento.

Fuente

Acción de inconstitucionalidad planteada:

En la reunión se abordaron temas relacionados a la administración de justicia, compartiéndose experiencias, desafíos y las necesidades que enfrentan funcionarios judiciales en el quehacer jurisdiccional.

Temas relevantes como amenazas, hostigamientos, persecución espuria, descalificaciones difamatorias, falta de seguridad y apoyo institucional, entre otros.

Se mostró respaldo a miembros del sector justicia que están comprometidos con el Estado de derecho y la aplicación de la ley.

Participaron la magistrada Presidente de la Corte de Constitucionalidad Gloria Porras, las juezas Erika Aifán (miembro de AGJI) y Jazmin Barrios, el fiscal de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad Juan Francisco Sandoval y el Presidente de la Asociación Guatemalteca de Jueces por la Integridad Carlos Ruano.

Sobre la reunión, el Juez Carlos Ruano expresó lo siguiente: 

“La cooperación internacional es importante e indispensable, cuando nuestras propias instituciones no son correctamente administradas. La justicia independiente es un principio fundamental para mantener al ejercicio del poder controlado y sometido al imperio de la ley. Sin jueces y magistrados independientes no hay certeza jurídica, no hay igualdad en la aplicación de la ley y no hay desarrollo.”

Así mismo, expreso que “esta visita es una oportunidad para cambiar nuestro sistema político, económico y jurídico, que tengan como resultado mejores condiciones de vida para los guatemaltecos y evitar que estos huyan del país para sobrevivir.”

Sobre la reunión, la Jueza Érika Aifán manifiesta que: “La cooperación para mejorar el sistema de justicia y hacerlo más rápido y eficiente ayuda a consolidar un Estado de derecho”

Jaime Trujillo, Integrante del Comité del Vance Center for International Justice, socio de Baker McKenzie

Para que un país tenga un clima de inversión próspero, debe garantizar certeza jurídica. La certeza jurídica se logra cuando el sistema jurídico de un país tiene un marco claro y estable para regular la conducta de las personas y las empresas y cuando aplica sus normas de manera justa y consistente. La previsibilidad que se deriva de la buena gobernanza ayuda a impulsar el crecimiento y la innovación, lo cual tiene un efecto positivo en diversos sectores de la sociedad.

La buena gobernanza implica responsabilidad y transparencia. La responsabilidad pública, un principio democrático fundamental, requiere que el gobierno y las instituciones asuman las consecuencias  de sus acciones y omisiones. También implica una sana interacción entre el gobierno y el público al que sirve, en la cual los ciudadanos participan en el proceso oficial de toma de decisiones por sí mismos o por medio de instituciones, lo cual requiere que la información sobre procesos e instituciones gubernamentales debe estar disponible a través de un sistema transparente y abierto. Estos elementos ayudan a asegurar a los inversionistas que sus inversiones estarán protegidas por el marco legal vigente.

La certeza jurídica es indispensable para el estado de derecho porque los ciudadanos estarán más dispuestos a adherirse a las leyes si las perciben como justas y estables. Esto crea un ciclo virtuoso de ciudadanos y empresas respetuosos de la ley, en el que se pueden predecir los resultados legales y se asume que la justicia es transparente. Por ejemplo, las decisiones legales no deben variar mucho entre jueces y distritos pues la consistencia judicial es imprescindible para crear certeza jurídica.  La falta de consistencia judicial es un indicador de que los tribunales podrían  estar politizados.

 Un sistema legal opaco e impredecible hace que las empresas sean cautelosas en sus decisiones de inversión porque les impide predecir cómo los tribunales interpretar las leyes existentes,  y cuándo y cómo cambiarán dichas leyes. Por esa razón, los inversionistas buscan países que cuenten con marcos legales que incluyan: un proceso transparente de creación de leyes y regulaciones, el derecho a apelar fallos; supervisión exhaustiva de los jueces; procedimientos que están disponibles en el registro público; independencia judicial; y que las nuevas normas no se apliquen retroactivamente, entre muchos otros factores. Por esto, no es sorprendente que el Índice 2020 de Confianza en la Inversión Extranjera Directa de Kearney calificara a los Estados Unidos, Canadá, Alemania, Japón y Francia, algunos de los países que mayor certeza jurídica ofrecen,  como los mercados que probablemente atraerán la mayor cantidad de inversiones en el [corto y mediano plazo/futuro previsible].[1].

La certeza jurídica también favorece una sana cultura empresarial nacional. Las empresas deben saber que se respetarán los contratos que celebraron; que sus activos  no serán confiscados arbitrariamente; y que los jueces serán imparciales. Sin un marco legal sólido, estable y predecible habrá una fuga masiva de capitales extranjeros y nacionales, lo que tiene un efecto perjudicial sobre los demás aspectos de la sociedad: si la cultura empresarial entra en declive se perderán oportunidades de crecimiento e ingresos fiscales que se destinan a la infraestructura y el fortalecimiento de los sistemas educativo, sanitario y social, entre otros.

Como integrante del Comité del Vance Center for International Justice, pido a la comunidad legal en Guatemala que promueva el cambio para fortalecer el marco legal y exigir que las leyes y los procesos sean justos y estables y sean aplicados de manera consistente y predecible. Un país con certeza jurídica tiene un futuro prometedor.

[1] Top 25, Kearney 2020 Foreign Direct Investment Confidence Index, available online at: https://www.kearney.com/documents/20152/17723905/The+2020+Kearney+Foreign+Direct+Investment+Confidence+Index-2+pager.pdf/43de25af-01e1-8b48-4f7e-7575e34730f7?t=1591940119683.

 

Publicado el 26 de marzo de 2021 a las 13:03h

Hasta ahora las sedes judiciales y el personal administrativo trabaja algunos por turnos y con esta medida sus actividades regresarán a la normalidad.

El Organismo Judicial informó que a partir del próximo lunes 29 de marzo todo el personal de los distintos órganos jurisdiccionales y administrativos debe incorporarse a laborar de forma presencial, por lo que ya no habrá turnos. Hace un año tanto los tribunales como los juzgados suspendieron los términos y plazos en los procesos, pero fueron retomadas durante el año por medio de turnos y bajo lineamientos establecidos por el OJ. En esta ocasión, la circulación POJ- 04/2021 establece que la incorporación del personal a sus labores deberá cumplirse bajo el Protocolo de Prevención covid-19, el cual fue autorizado por la Corte Suprema de Justicia (CSJ). “En cuanto a las medidas de protección e higiene a excepción del uso de pediluvio en las entradas de las instalaciones y la práctica de llevar registro de las visitas. Los jefes inmediatos son los responsables de velar por el cumplimiento de dicho protocolo y en caso el mismo no sea observado por el personal a su cargo deberá iniciar las acciones disciplinarias correspondientes”, se lee en el documento. “En cuanto a las medidas de protección e higiene a excepción del uso de pediluvio en las entradas de las instalaciones y la práctica de llevar registro de las visitas. Los jefes inmediatos son los responsables de velar por el cumplimiento de dicho protocolo y en caso el mismo no sea observado por el personal a su cargo deberá iniciar las acciones disciplinarias correspondientes”, se lee en el documento. Además, establecen que serán los secretarios de los órganos jurisdiccionales quienes deben velar por el cumplimiento del aforo en las salas de audiencias. Tampoco recomiendan la autorización del ingreso de los pasantes a las sedes judiciales y dependencias administrativas, salvo que se cumpla con el distanciamiento social. Hasta ahora el personal administrativo y de los instancias judiciales trabajan algunos por turnos y bajo esta medida todos deberán regresar a la normalidad y hacer sus turnos de forma presencial. Carlos Giovanni Ruano, presidente de la Asociación Guatemalteca de Jueces por la Integridad, explica que, esta disposición les preocupa a varios jueces y magistrados porque aún no se sabe que consecuencias podría traer.
En el caso de las Torre de Tribunales, dice Ruano, no todos los ascensores funcionan y lo abordan cuatro personas por lo que podría complicarse para hacer cumplir las medidas sanitarias como el distanciamiento social. Además, el juez señala que esta medida es preocupante para otros colegas porque estarán  bajo su propio riesgo yendo a laborar de forma presencial, pese a que se ha anunciado que el país atraviesa por una tercera ola de contagios covid-19. Fuente: Prensa Libre

 

La ex fiscal general Claudia Paz y Paz, actualmente directora para Centroamérica y México del Centro para la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), señaló por su parte que el trabajo de Aifán y de otras y otros operadores de justicia independiente es “la última trinchera del Estado de derecho”. Además, llamó a las autoridades guatemaltecas a “implementar medidas de seguridad y de protección para sus jueces”, requisitos mínimos para garantizar su independencia ante fuertes presiones de actores externos.

 

Participó también en el evento Norma Torres, integrante de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y copresidente de su Caucus de Asuntos de Centroamérica. Ella reiteró: “Los tribunales deben ser independientes y hacer cumplir la ley libremente de obstrucciones e interferencias”.

Celebran compromiso de Jueza Erika Aifán con la justicia y el Estado de derecho

La Jueza de Mayor Riesgo “D” e integrante de la AGJI, Erika Lorena Aifán, participó en una conversación organizada por la Seattle International Foundation entre tres mujeres valientes, para intercambiar experiencias y retos en su lucha por la justicia y la construcción del Estado de derecho.

Erika Aifán recibió en días pasados el Premio Internacional a la Mujer con Coraje 2021, entregado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica. A lo largo de su carrera, la Jueza Aifán ha demostrado un fuerte compromiso con la construcción del Estado de derecho. A pesar de múltiples amenazas e intimidaciones, no ha desistido en el cumplimiento de su papel, que considera parte de las funciones del derecho para mantener la armonía y la paz social.

En su participación, la Jueza Aifán explicó el complejo contexto social en que se enmarca su trabajo:

 

La ex fiscal general Claudia Paz y Paz, actualmente directora para Centroamérica y México del Centro para la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), señaló por su parte que el trabajo de Aifán y de otras y otros operadores de justicia independiente es “la última trinchera del Estado de derecho”. Además, llamó a las autoridades guatemaltecas a “implementar medidas de seguridad y de protección para sus jueces”, requisitos mínimos para garantizar su independencia ante fuertes presiones de actores externos.

 

Participó también en el evento Norma Torres, integrante de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y copresidente de su Caucus de Asuntos de Centroamérica. Ella reiteró: “Los tribunales deben ser independientes y hacer cumplir la ley libremente de obstrucciones e interferencias”.

Para ver la grabación completa de la conversación puede visitar la página de la Seattle International Foundation.

 

https://www.facebook.com/watch/live/?v=354471719184651&ref=watch_permalink

Fecha: 25 de marzo de 2021

Hora: 5 p.m. hora de Guatemala y México

Duración: 1 hora y 15 minutos

Moderadora: Jueza Rebeca González, integrante de AGJI.

Introducción

  • Juez Carlos Ruano. Presidente de la AGJI
  • Jaime Chávez Alor. Director de Políticas para América Latina del Vance Center

 

Justicia abierta. ¿Qué es y para qué?

  • Magistrado Reyes Rodríguez Mondragón. Magistrado de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

El Magistrado Reyes Rodríguez Mondragón es Licenciado en Derecho por el ITAM, continuó sus estudios de posgrado en el CIDE, en donde hizo la maestría en administración y políticas públicas y, posteriormente, realizó el master en Derecho y Sociedad, en el Instituto Internacional de Sociología Jurídica.

Ha sido profesor en distintas instituciones y fue director de la licenciatura en Derecho del CIDE. Es autor de diversos artículos y publicaciones académicas.

Ha ocupado distintos cargos en los tres poderes públicos y en órganos autónomos, entre los que destacan: la Presidencia y el Senado de la República, la Secretaría de Gobernación, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Instituto Federal Electoral.

Como Magistrado electoral, tanto en Sala Regional Monterrey y actualmente en la Sala Superior del TEPJF, ha trabajado por una Justicia Abierta a partir de impulsar e implementar un nuevo modelo de sentencias ciudadanas.

 

Declaraciones patrimoniales y de intereses de servidores públicos

  • Ricardo Salgado Perrillat. Titular de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional Anticorrupción, México

Ricardo Salgado Perrilliat es Licenciado en Derecho por la Universidad La Salle, con estudios de especialidad en Derecho Administrativo, Bancario, Fiscal, Económico y del Sistema Financiero Mexicano; maestro en Derecho y candidato a Doctor por la Universidad Panamericana.

En su trayectoria como servidor público ha fungido como Director General de Asuntos Jurídicos del actual Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) en dos ocasiones. Asimismo se desempeñó como Coordinador General en la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (COFEMER), Director General de Asuntos Contenciosos de la Comisión Federal de Competencia (COFECO), Titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y Titular de la Autoridad Investigadora del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).

 

Esfuerzos en Guatemala

  • Mario Francisco Xocoy Buch. Subcontralor de Probidad, Contraloría General de Cuentas, Guatemala

Es Contador Público y Auditor, con Maestría en Consultoría Tributaria, ambos títulos por la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Antes de ser Sub Contralor de Probidad, en la Contraloría General de Cuentas, se desempeñó como Director Sectorial, Jefe Departamental de Auditoría, Jefe de las Delegaciones Departamentales de Huehuetenango y Chimaltenango. En la iniciativa privada, ha desempeñado el cargo de auditor interno de municipalidades en Xocoy Buch & Asociados, Coordinador de Auditorías Internas y Externas en Calderón Reyes & Asociados CPA, Asistente de Auditoría Interna en AMAZING Organización Empresarial, Contador General en Servicio Electrónico de Cuentas, S.A, Auxiliar de Contabilidad en Servicio Profesionales CPA. Ha participado en la Directiva del gremio de contadores públicos y auditores.

Ha obtenido varios diplomas de reconocimiento por su participación en diferentes actividades de formación en la administración pública y actividades académicas complementarias en el tema de la fiscalización y control gubernamental y otras áreas del conocimiento.

Mike Fitzgerald y Verónica Rodríguez, Integrantes del Comité del  Vance Center for International Justice, abogados de la firma internacional Paul Hastings

De acuerdo con estándares regionales e internacionales en materia de derechos humanos, la seguridad de los jueces es uno de los aspectos muy importantes de la independencia judicial.

No puede haber jueces independientes si los mismos temen por su seguridad física y no tienen condiciones de protección necesarias para llevar a cabo su trabajo sin intimidaciones o amenazas externas. Simplemente por cumplir con su deber de hacer cumplir la ley, los jueces son vulnerables a ataques infundados y extraordinarios.

Si bien hay casos extremos como el del ataque a la Jueza Federal de los Estados Unidos Esther Salas en el que su esposo fue gravemente herido y su hijo perdió la vida, y el del Juez Federal mexicano Uriel Villegas Ortiz y su esposa que perdieron la vida a manos de un grupo armado, ambos en 2020, en la región hay jueces y juezas que diariamente reciben amenazas por el trabajo que realizan. Actualmente, las comunicaciones digitales y las redes sociales han permitido una amplia difusión de que estas amenazas e intimidaciones, así como que puedan llegar de manera directa, y sin identificación del autor. Además, es preocupante que en muchos casos, estas amenazas a mujeres juezas se hacen con motivo de la identidad de género.

Tan solo en Guatemala, hay varios jueces, fiscales y defensores de derechos humanos que cuentan con medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pues su vida o integridad personal se han visto amenazadas por las funciones que realizan. Es especialmente grave cuando este riesgo es creado por autoridades del propio Estado. La toma de decisiones judiciales nunca debe estar influenciada, ni siquiera parecer influida, por presiones políticas externas.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en su documento Garantías para la independencia de las y los operadores de justicia. Hacia el fortalecimiento del acceso a la justicia y el Estado de derecho en las Américas ha establecido que “La protección a la vida e integridad de las y los operadores de justicia es una obligación del Estado que deriva de dichos derechos reconocidos por la Convención y la Declaración Americanas para todas las personas en las jurisdicciones de los Estados de América”. De acuerdo con la CIDH, si los Estados no garantizan la seguridad de sus jueces contra toda clase de presiones externas, incluyendo las represalias directamente dirigidas a atacar su persona y familia, el ejercicio de la función jurisdiccional se puede ser gravemente afectada y frustrar el acceso a la justicia. Los jueces no deben estar sujetos a presiones e influencias, y deben tener libertad para tomar decisiones imparciales basadas únicamente en los hechos y el derecho. La independencia judicial es la garantía del público de que un juez será imparcial.

Por su parte, el Relator Especial de Naciones Unidas para la Independencia de Jueces y Abogados Diego García Sayán ha condenado en repetidas ocasiones las amenazas y los actos de violencia en contra de quienes imparten justicia. El Relator Especial ha mencionado que la “delincuencia organizada transnacional plantea una amenaza significativa y creciente para la seguridad nacional e internacional, con graves consecuencias para la seguridad pública, la salud pública, las instituciones democráticas y la estabilidad económica en todo el mundo”[i] debilitando a las instituciones del Estado. Por esto ha llamado a revisar los Principios básicos relativos a la independencia de la judicatura de Naciones Unidas, para incluir este tema como uno prioritario.

Esta protección que brindan los estándares e instituciones internacionales deben de tener un equivalente muy concreto en los marcos jurídicos internos, y esfuerzos del Estado para proteger a sus jueces. Las denuncias que hagan jueces por amenazas o intimidaciones deben ser prioritarias y expeditas en su atención, proveyendo de mecanismos de protección adecuados.

Como integrantes del Comité del Vance Center for International Justice hacemos un llamado a la comunidad jurídica internacional para exigir el cumplimiento de los estándares para la protección de quienes imparten justicia. Es en el mejor interés de todas las personas que deseen vivir en sociedades respetuosas de la ley tener jueces independientes, por lo que es tarea de todos velar porque su independencia no se vea vulnerada por ataques a su seguridad.

[i] https://independence-judges-lawyers.org/es/complementar-los-principios-basicos-relativos-a-la-independencia-de-la-judicatura/

Alejandro Balsells Conde

Nuestra actual constitución es catalogada como legítima. Lo anterior no es poca cosa cuando tanto la constitución de 1956 y de 1965 fueron catalogadas como ilegítimas por haber sido producto de Asambleas Constituyentes electas en planillas únicas y sin garantías para voces opositoras, además debemos agregar que fue bajo el gobierno de Enrique Peralta Azurdia que el Estado, como tal, inició la política para desaparecer a presos políticos.

Durante el enfrentamiento armado el gran testigo mudo fue el sistema judicial. La violencia selectiva urbana llevada a cabo por el Estado dentro de la lógica de la Doctrina de Seguridad Nacional y los masivos actos de aniquilamiento de población civil que fueron ya dispuestos, algunos de ellos, como prácticas genocidas muestran un aparato de justicia cómplice de las atrocidades. De hecho, ningún crimen político o perpetrado por agentes estatales fue juzgado de 1956 a 1986 (año en que entra en vigencia nuestra Constitución).

“En Guatemala ha existido una larga tradición de dictadura, entendida como el poder total concentrado en un hombre o un pequeño grupo y que se ejerce sin controles legales o institucionales. Todas las constituciones formalmente han establecido un modelo republicano de gobierno, con un sistema democrático de elecciones, alternancia en el poder, control de poderes. Sin embargo, la experiencia nacional ha estado marcada por formas autoritarias de gobierno ejercidas fundamentalmente por militares mediante dictaduras, juntas militares, etc.”, señala el Informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico.

Una administración de justicia independiente del poder, sobre todo del poder central, es el mejor instituto republicano para ejercer controles de poder. Ante la inexistencia de controles, el poder se desboca y actúa fuera de su margen de competencia para generar violaciones a los derechos humanos. La ecuación es clara, si existe control de poder hay libertad ciudadana, si no existe dicho control, la libertad o es una quimera o está amenazada de manera constante.

El segundo párrafo del artículo 203 constitucional encierra todo un plan de acción para los poderes constituidos en Guatemala, “Los magistrados y jueces son independientes en el ejercicio de sus funciones y únicamente están sujetos a la Constitución de la República y a las leyes. A quienes atentaren contra la independencia del Organismo Judicial, además de imponérseles las penas fijadas por el Código Penal, se les inhabilitará para ejercer cualquier cargo público”, en otros preceptos señala la no remoción de jueces y magistrados y en el artículo 209 se ordena “se establece la carrera judicial. Los ingresos, promociones y ascensos se harán mediante oposición. Una ley regulará esta materia”.

La carrera judicial es una garantía para la independencia del juez y magistrado. No había posibilidad de que el sistema judicial ejerza funciones como contrapeso del poder, si sus jueces y magistrados, están a disposición de órdenes administrativas para traslados de sede o cesación de funciones, de hecho, hasta la garantía del juez natural se ve seriamente limitada sin la existencia de una carrera judicial.

Nuestra actual constitución dentro del catálogo de derechos, pero sobre todo dentro de sus mandatos programáticos pretende garantizar la continuidad del buen juez y buen magistrado, esto en un país donde el sistema judicial no ha sido contrapeso efectivo de poder a lo largo de sus 200 años de vida republicana significa mucho.

En la actualidad vemos detractores significativos de la carrera judicial, y la verdad hay que decirla, boicoteadores desde grandes grupos de poder. Un juez independiente es una garantía de control y ello no es algo del agrado de muchos porque en nuestra historia es la excepción, recordemos la terrible decisión de la Corte de Constitucionalidad por la cual señaló que la única carrera judicial en el país era de Juez de Paz a Juez de Primera Instancia. Esos criterios hay que erradicarlos si aspiramos a la República, al respeto de los Derechos Humanos, la democracia y la paz.

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Como parte de un proyecto de colaboración entre la AGJI y el Cyrus R. Vance Center for International Justice del Colegio de Abogados de la Ciudad de Nueva York para fortalecer la capacidad institucional de la asociación judicial y apoyar sus esfuerzos en pro de la independencia e integridad judicial en Guatemala, se solicitó la realización del presente estudio en la región, con el fin de identificar buenas prácticas que la AGJI pudiera considerar para su análisis y práctica en Guatemala. La investigación legal para el presente reporte fue realizada por Paul, Weiss, Rifkind, Wharton & Garrison LLP.

En este documento se resumen las buenas prácticas más significativas, organizadas por clase de iniciativa. Dado el alcance del reporte, no se evalúa la efectividad de la implementación de cada una de estas medidas, pero se proporcionan comentarios útiles de otras fuentes para brindar perspectivas locales sobre la efectividad. Argentina, México, Perú y Uruguay lideran la región en iniciativas de justicia abierta y anticorrupción, incluidas las destacadas en este documento.

A través de la información contenida en este reporte, la AGJI busca proveer insumos a jueces e instancias nacionales para identificar prácticas que puedan fortalecer la transparencia y otros mecanismos de prevención de la corrupción en la judicatura, e iniciar una discusión con el objetivo de fortalecer la labor del poder judicial para combatir la impunidad, garantizar la independencia e integridad judicial, así como promover la legitimidad del actuar de los jueces frente a la sociedad guatemalteca.