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Blog Asociación Guatemalteca de Jueces por la Integridad

Por Delia Marina Davila Salazar

Magistrada de la Corte Suprema de Justicia de Guatemala

“Genera garantía, legalidad, paz, armonía, seguridad y no corrupción.”

La independencia judicial es un deber del ejercicio de la función jurisdiccional y una garantía para la ciudadanía, es un elemento intrínseco del derecho al acceso a la justicia, por lo que los jueces y las juezas deben impartir justicia con absoluta independencia, lo que significa que deben emitir sus resoluciones libres de presiones, libres de cualquier injerencia de los poderes del Estado o grupos de presión. En ese sentido, es importante resaltar que las resoluciones judiciales son vinculantes y de obligatorio cumplimiento, por lo tanto se cumplen, no se discuten y solo son impugnables por los medios legalmente establecidos, lo que conlleva el ataque a las resoluciones, pero no a los jueces.

Arbitrariamente se utilizan acciones legales para atacar a jueces y juezas de parte de algunos sujetos procesales, como mecanismos de presión, de intimidación, de desprestigio, de afectación a la independencia judicial, pretendiendo criminalizar la función jurisdiccional con las consecuencias graves que afectan la independencia judicial, y que conforme a nuestra Constitución conlleva responsabilidades.

En ese sentido, el doctor Alirio Abreu en su obra “Independencia Judicial (Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos)”, expone: “La independencia del Poder Judicial, como consecuencia de la separación de poderes en un sistema democrático, y la independencia de los jueces, como un derecho de éstos en el ejercicio de sus funciones, y de los ciudadanos en relación con el acceso a la justicia y a las garantías judiciales, ha sido materia reiteradamente tratada y decidida por la Corte, tanto en sus opiniones consultivas como en sus sentencias.”…“La falta de independencia judicial, que conlleva necesariamente la falta de imparcialidad, y, por ende, la violación del artículo 8 de la Convención, constituye una evidente carencia de igualdad para uno de los litigantes.”
[1]
De tal manera que según el autor cuando no se aplica la justicia con independencia judicial, se anula la tutela judicial efectiva y viola el debido proceso, sumado a otros derechos y garantías del acceso a la justicia.

Respecto a la independencia judicial, la Asociación Guatemalteca de Jueces por la Integridad, por sus siglas “AGJI”, ha tenido una importante proyección nacional e internacional, destacando su labor en la defensa de los derechos humanos y de la independencia judicial, denunciando de forma pública y frontal los ataques en contra  de jueces y juezas de gran trayectoria, que han sido víctimas de estos ataques, mediante múltiples denuncias administrativas disciplinarias, todas declaradas sin lugar, lo que evidencia que no tienen fundamento y que el único propósito ha sido afectarles en su integridad, de la misma manera y de mayor gravedad han planteado antejuicios en contra de algunos de sus integrantes, los que en su mayoría han sido rechazados y en los que les han dado trámite, la Corte de Constitucionalidad ha dejado sin efecto, ordenando la protección constitucional mediante recursos de amparo, pues la mayoría de estos han sido planteados por personas sindicadas por casos de corrupción, lo que ha conllevado a elevar las denuncias de parte de la referida asociación, incluso al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, entre las que destaca la petición para  audiencia temática ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la que se realizó durante su 172 periodo de sesiones en Jamaica, denunciando no solamente el ataque a la independencia de jueces y juezas, por su función jurisdiccional en casos concretos, sino también por hechos que consideraron atentan en contra de la independencia del Organismo Judicial, por la injerencia de otros organismos de Estado en la función jurisdiccional y la independencia judicial, logrando que se discutiera con representantes del Estado y se atendieran las recomendaciones para respetar la independencia judicial. Asimismo, algunos de sus integrantes cuentan con medidas cautelares ordenadas por la CIDH, quienes han considerado que los jueces y juezas deben llevar a cabo sus labores sin ser objeto de amenazas, hostigamientos o amedrentamientos en el ejercicio de sus funciones, destacando a la vez pronunciamientos del Relator Especial de la Organización de las Naciones Unidas para la Independencia de Jueces y Magistrados, Doctor Diego Garcia Sayan.

Sumado a estas acciones, la AGJI, ha realizado esfuerzos con asociaciones gremiales a nivel internacional como la Federación Centroamericana de Jueces por la Democracia, con gran liderazgo, al elegir como presidente de dicha organización al juez guatemalteco, Jorge Haroldo Vásquez Flores, también integran la Unión Mundial de Magistrados y la Federación Latinoamericana de Magistrados, destacando alianzas para compartir experiencias jurisdiccionales y fortalecimiento de capacidades. Por lo que su labor ha sido reconocida y apoyada por la cooperación internacional de varios países, como Estados Unidos, Noruega, Suecia, Alemania, Canadá, y organismos internacionales, como la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Abogados sin Fronteras Canadá y el Vance Center for International Justice del Colegio de Abogados y Notarios de la Ciudad de Nueva York, lo que les ha permitido realizar tres Congresos Internacionales y ser parte del proyecto de reformas estructurales que impulsa la cooperación Alemana, teniendo participación activa también como docentes en la Escuela de Estudios Judiciales.

Deseo resaltar que el trabajo de los integrantes de la Asociación Guatemalteca de Jueces por la Integridad, ha sido reconocido por organizaciones de la sociedad civil, por diferentes sectores e instituciones, por citar algunas: la designación  del Juez Miguel Angel Gálvez, como personaje del año por parte del diario Prensa Libre;  galardón “Mujer Destacada del Organismo Judicial” otorgado a la Jueza Erika Aifan por el Organismo Judicial;  reconocimiento otorgado al Juez Haroldo Vásquez y al juez Carlos Ruano, por su aporte en favor de la justicia y la democracia, otorgado por el Instituto Centroamericano de Estudios para la Democracia.  Concluyo  reconociendo el trabajo y el aporte de jueces y juezas en todas las materias, valientes e independientes que actúan con probidad y principios éticos que fortalecen el sistema de justicia en Guatemala, como pilar fundamental del desarrollo, del Estado de derecho y la paz.



[1] Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano 2007, Tomo II. Abreu Burelli, Alirio.”Independencia Judicial (Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos).www.juridicas.unam.mx.Pag.641.

Juez Carlos Ruano
Presidente

Para la Asociación Guatemalteca de Jueces por la Integridad –AGJI-, este es un momento propicio para reiterar nuestro compromiso de administrar justicia independiente en garantía de igualdad de todos ante la ley. Agradecemos a quienes hacen posible este espacio de comunicación entre nuestra asociación y la sociedad guatemalteca, a quienes nos debemos.

El Estado de Guatemala tiene una deuda pendiente, respecto al tema de la justicia, porque derivado de los Acuerdos de paz, suscritos hace 24 años, se estableció la necesidad de reformar y adecuar el modelo constitucional de administrar justicia; siendo importante avanzar hacia la meritocracia de los cargos, efectiva independencia de criterio, estabilidad y excelencia profesional, reconocimiento del pluralismo jurídico. Al día de hoy, ese compromiso de Estado ha quedado en intentos fallidos, porque se anteponen intereses particulares o de grupo, por encima del bien común. No sería viable una reforma o rediseño para que el poder político se divida las magistraturas, como si fuera un pastel; sino que, debe tenerse como objetivo fundamental la garantía de la independencia funcional del poder judicial.

Y es que en Guatemala la justicia permanece en constante crisis, diversas situaciones o hechos la ponen a prueba, procesos judiciales contra la corrupción y la impunidad desde los más altos poderes del Estado, hasta la más pequeña oficina pública o privada; justicia transicional, conflictos sobre tenencia de la tierra y proyectos extractivos de empresas internacionales, innumerables actos de violencia contra grupos vulnerables de la sociedad, criminalidad organizada y delincuencia común; sin olvidar, las desiguales condiciones económicas que tienen en la pobreza a la gran mayoría de la población. Sumado a los asuntos que a diario se ventilan en las judicaturas y magistraturas, están las denuncias, persecución penal y disciplinaria espuria en contra de jueces independientes, litigio y retardo malicioso de las causas, obstaculización de la acción penal, hostigamiento en redes sociales, entre otros hechos o circunstancias que dañan a las y los juzgadores, generando desconfianza ciudadana en la administración de justicia. Por lo que el Estado en su conjunto debe proteger la garantía de independencia de la justicia. Y los jueces asumir el compromiso de actuar con integridad, honestidad y legalidad en la función judicial.   

Los jueces y juezas, a través del asociacionismo judicial, creamos el espacio de apoyo y fortaleza para enfrentar juntos las difíciles situaciones por las que atraviesa la justicia en Guatemala. No faltan aquellas voces que critican y cuestionan de manera malintencionada el derecho que tenemos los jueces de asociarnos libremente para la defensa de los intereses comunes gremiales, llamándole de manera despectiva “activismo judicial”. La asociación de jueces nos permite ser más fuertes y formar un frente común contra esas malas acciones que impiden el fortalecimiento de la judicatura independiente y que el juez pueda libremente ser garante de las libertades ciudadanas y de los derechos humanos. 

La AGJI dentro de sus actividades gremiales, con la ayuda de instituciones nacionales e internacionales, dentro de las cuales se pueden mencionar: Acción Ciudadana, Impunity Watch, Comisión Internacional de Juristas, Movimiento Pro Justicia, Oficina de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley de la Embajada de los Estados Unidos de América, JOTAY Guatemala, el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales, la Fundación de Antropología Forense de Guatemala  y la Escuela de Estudios Judiciales del Organismo Judicial; con quienes hemos desarrollado programas de capacitación y formación, respecto de temas relevantes para la justicia e incidencia en reformas legales y  políticas internas del Organismo Judicial, para que ello se traduzca en la dignificación y el fortalecimiento del quehacer jurisdiccional.

Iniciamos con las actividades académicas para este año 2021, que aportarán conocimientos para resolver de mejor manera los diversos asuntos de la judicatura y garantizar una justicia de calidad para los usuarios del sistema. El día de hoy, se hace el lanzamiento de nuestra página Web, como resultado del proyecto para el “Fortalecimiento de la capacidad institucional de la AGJI y de la independencia judicial en Guatemala” que se ha suscrito en conjunto con Cyrus R. Vance Center for Internacional Justice. Además, desarrollaremos una serie de actividades y eventos formativos, que sin lugar a dudas, fortalecerán nuestras capacidades y contribuirán al fortalecimiento del Estado de Derecho en Guatemala.

Además, durante este año 2021, la AGJI con el apoyo de la  Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit -GIZ- en Guatemala, por encargo del Ministerio Federal Alemán de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) a través del Fondo de Reformas Estructurales, presentaremos la segunda parte del Proyecto denominado “Reforma del Sector de Justicia en Materia de Independencia Judicial”, el que ha permitido analizar y proponer reformas a la Constitución en materia de elección de magistrados del Organismo Judicial, propuesta presentada el año recién pasado y que durante este 2021, presentaremos el informe final del análisis y discusión sobre la necesidad de reformas a la Ley de la Carrera Judicial y sus reglamentos, para generar con ambos aportes, los cambios necesarios que fortalezcan ese pilar importante de la independencia judicial y del estado democrático de derecho en Guatemala. Esa propuesta de reforma constitucional, discutida y avalada por los jueces de la AGJI, jueces de Centroamérica, estudiantes de derecho y de la consultoría de un profesional del Derecho, permitiría tomar como base la meritocracia en la carrera judicial como método de ascenso a las magistraturas, que previamente bajo la evaluación del comportamiento profesional y disciplinario, seleccionaría a los mejores jueces, con experiencia, trayectoria, idoneidad y honorabilidad, para integrar las cortes, dejándose por un lado las muy cuestionadas comisiones de postulación y listados “consensuados” por el poder político en el legislativo. Hay jueces de primera instancia con más de veinte años de ejercicio profesional, íntegros e independientes de criterio, que por no favorecer con sus decisiones a personas o grupos delictivos, no son ascendidos, quedando claro que son incómodos y no útiles para el sistema actual.

Los retos y desafíos que enfrenta la justicia en Guatemala son muchos, faltan compromisos serios de diversos sectores públicos y privados para generar los cambios que el sistema necesita,  porque a través de instituciones democráticas y legítimas, se fortalece el Estado de Derecho y la justicia se constituye en una herramienta para la paz.

 

Mtro. Jaime Chávez Alor
Director de Políticas para América Latina del Vance Center for International Justice

El Cyrus R. Vance Center for International Justice (Centro Cyrus R. Vance para la Justicia Internacional) es un programa sin fines de lucro del Colegio de Abogados de la Ciudad de Nueva York que reúne a los principales estudios jurídicos y a otros colaboradores en todo el mundo para promover iniciativas de justicia internacional y proporcionar representación legal gratuita a organizaciones de sociedad civil que luchan por la justicia social.

La administración de una justicia imparcial e independiente, que salvaguarde el estado de derecho es el fundamento de una democracia efectiva y duradera. Las autoridades del Estado son responsables en cualquier país de asegurar una administración de justicia igualitaria, independiente y libre de influencias indebidas, basada en las leyes que el mismo estado promulga, así como que esta administración sea compatible con las normas y estándares internacionales de derechos humanos.

Elemento fundamental de una justicia independiente es el contar con jueces independientes e íntegros, elegidos de entre los mejores perfiles, con las garantías propias de una carrera judicial, y libre de influencias externas. El continuo interés del Vance Center en la situación de Guatemala se enmarca en la vulnerabilidad de la independencia judicial como una problemática regional. Si bien todo proceso de cambio debe iniciar motivado por el convencimiento de los actores nacionales, la comunidad jurídica internacional juega un rol de apoyo respetuoso muy importante en estos esfuerzos, para la prevalencia de la institucionalidad y el estado de derecho.

El Vance Center reconoce la primordial importancia del estado de derecho para el desarrollo económico y para atraer inversión extrajera. Aunque relevante también para actores nacionales, el estado de derecho es particularmente importante cuando las empresas consideran invertir fuera de su país a nivel internacional. Cualquier análisis para invertir pasa por una evaluación comparativa entre potenciales destinos de inversiones sobre las garantías jurídicas existentes, del grado de fiabilidad del estado de derecho, si es un país que asegura seguridad ciudadana, así como la capacidad de resolver controversias con razonable seguridad que no habría influencias indebidas.

En este sentido es que el Vance Center apoya el trabajo de la Asociación Guatemalteca de Jueces por la Integridad, y sus esfuerzos para proteger al poder judicial como uno de los bastiones del poder judicial y del estado de Derecho. Este año 2021 el Vance Center refrenda su apoyo concreto a través de un nuevo proyecto con el objetivo de fortalecer la capacidad institucional de la Asociación Guatemalteca de Jueces por la Integridad y promover la independencia judicial en Guatemala. El Vance Center agradece a la Fundación Nacional para la Democracia el financiamiento del proyecto.

Este proyecto, que busca reforzar la capacidad administrativa y el perfil internacional de la AGJI, se apoyará en la capacidad desarrollada del Vance Center y en las redes desarrolladas para trabajar en la región en pro del Estado de Derecho, incluyendo firmas de abogados alrededor del mundo, empresas multinacionales, el Consejo de Abogados por los Derechos Civiles y Económicos, la Red Pro Bono de las Américas y el Programa del Vance Center “Mujeres en la Profesión”. El Vance Center también coordinará trabajo con representantes de organismos internacionales y otras organizaciones internacionales apoyando la independencia judicial en Guatemala.

Este proyecto desarrollará una serie de actividades que brinden herramientas, capacitaciones, investigaciones y diálogos con actores relevantes en la región. Este año se renovará en Guatemala la Corte de Constitucionalidad y se espera que también la Corte Suprema de Justicia y las Salas de Apelaciones, por lo que la protección de la independencia se vuelve cada vez más urgente.

El Vance Center ha trabajado con actores guatemaltecos desde 2013, y más activamente a partir de 2019 con diversos actores de la sociedad civil, y con la Asociación Guatemalteca de Jueces por la Integridad. En 2019 se organizó con la AGJI un Taller sobre Transacciones Internacionales en el que participaron 50 juezas y jueces, y en el que las personas que impartieron el taller fueron abogadas y abogados de empresas y firmas internacionales, incluyendo Chubb, Chevron, General Electric, Novartis, Walmart, Winston & Strawn, Cleary Gottlieb, Dentons, y Simpson Thacher. En 2019 con el apoyo de la firma Winston & Strawn, publicamos junto con la AGJI el estudio “Reglas y procedimientos que rigen la profesión y conducta judicial. Una revisión comparativa de Argentina, Brasil, Colombia, España y México.”

Desde 2019, el Consejo de Abogados para los Derechos Civiles y Económicos, un programa del Vance Center, ha llevado a cabo también un seguimiento al proceso de nombramiento de Magistrados de la Corte Suprema de Justicia y Corte de Apelaciones de Guatemala, ofreciendo recomendaciones al proceso y expresando preocupación por la importancia de designar los mejores perfiles como magistradas y magistrados.

En 2020, junto con el Consorcio Internacional de Asistencia Legal (ILAC por sus siglas en inglés), publicamos el informe “Una Ventana de Oportunidad: Apoyo al Estado de Derecho en Guatemala” con la finalidad de hacer una evaluación de las condiciones del sector judicial del país después del cierre de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala que tuvo lugar en septiembre de 2019. Adicionalmente, se publicaron una serie de documentos sobre el proceso de nombramiento de Magistrados de la Corte Suprema de Justicia y Corte de Apelaciones de Guatemala.

Adicionalmente, durante el 2020 la AGJI participó en el evento virtual organizado por el Vance Center “Independencia Judicial y la Participación de las Mujeres en la Judicatura: una Mirada Internacional” y proveyó información para el reporte “Justicia en los tiempos de COVID-19: Desafíos del Poder Judicial en América Latina y el Caribe”.

Diego García-Sayán

Relator Especial de Naciones Unidas
 Sobre Independencia de Jueces y Abogados

El trabajo que realiza la Asociación Guatemalteca de Jueces por la Integridad (AGJI) es de enorme significación y relevancia para la independencia judicial y la integridad en la labor jurisdiccional en Guatemala. Debo expresar, por ello, mi especial reconocimiento al liderazgo de valientes juezas y jueces que integran la Asociación para continuar sus esfuerzos con una perspectiva internacional. Reconozco también el impulso decisivo del Cyrus R. Vance Center for International Justice del Colegio de Abogados de la Ciudad de Nueva York.

Las actividades planeadas este año por la Asociación, con apoyo del Vance Center, tienen especial importancia. Implican la reafirmación de los Principios Básicos de las Naciones Unidas relativos a la Independencia de la Judicatura de 1985 cuyo contenido va al eje toral de las preocupaciones que generaron estos esfuerzos. Estos son criterios fundamentales que a estas alturas tienen categoría de jus cogens en el derecho internacional y que el Estado guatemalteco debe garantizar.

Entre los 20 principios rectores destacan los siguientes para la realidad en Guatemala: (i) cuestiones generales sobre la independencia de la judicatura; (ii) garantías de los jueces a la libertad de expresión, creencia, asociación y reunión; (iii) estándares para determinar sus competencias profesionales, de selección y de formación para ocupar el cargo; (iv) condiciones de servicio e inamovilidad; (v) el deber de guardar el secreto profesional y la garantía de inmunidad, y; (vi) medidas disciplinarias, de suspensión y remoción del cargo.

Dentro de estos principios, quiero abordar tres temas fundamentales en este corto espacio.

Primero, este año es de especial relevancia para la protección de la independencia judicial en Guatemala y debe ser parte de atento seguimiento por la ciudadanía del país y por la comunidad internacional. Tremendos asuntos postergados. De un lado, sigue pendiente desde 2018 la elección de Magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de Sala de Apelaciones, y por el otro, este año se debe renovar la composición de la Corte de Constitucionalidad.

Observo con preocupación los retrasos reiterados y que no hay esfuerzos por parte del Congreso de la República para avanzar en el proceso de selección que ha diferido la decisión casi indefinidamente. En reiteradas ocasiones he llamado públicamente a las autoridades competentes a culminar el nombramiento, de manera transparente y objetiva, de los magistrados de Altas Cortes de acuerdo a los estándares de transparencia y participación dispuestos por la Corte de Constitucionalidad en mayo de 2020.

Las debilidades identificadas en el actual proceso de elección de jueces y magistrados confirma la crisis del modelo de nombramientos. Aunque esfuerzos para reformar el proceso fueron mencionados el año pasado, lo crucial ahora es que se pueda llevar a cabo un proceso amplio que involucre a todos los sectores interesados, respetando los estándares internacionales para el nombramiento adecuado de jueces y magistrados.

En particular, es muy importante que este año, y como lo he mencionado con anterioridad, no se utilice el proceso de selección de jueces de altas cortes para fines políticos y como medio de algunos pocos de procurarse impunidad. Como lo he expresado, me preocupa el permanente asedio de autoridades estatales para influenciar procesos de designación de magistrados e interferir en ellos. Aprovecho este espacio para reiterar el llamado a abstenerse de imponer agendas políticas o personales que afectan la institucionalidad y el Estado de Derecho.

Como segundo aspecto crucial debo resaltar la obligación internacional del Estado de prevenir los ataques contra quienes imparten justicia. He mencionado mi preocupación por los continuos ataques y acciones arbitrarias e indebidas contra juezas y jueces, incluyendo integrantes de la AGJI, al igual que Magistrados de la Corte de Constitucionalidad. Es gravísimo el ejercicio del amedrentamiento o la violencia contra funcionarios judiciales por el desempeño de sus funciones. Debe evitarse la interferencia política en el sistema judicial, incluyendo el máximo tribunal.

Reitero que las diligencias de antejuicio a jueces y magistrados por sus resoluciones, llevadas a cabo en los últimos meses, violan estándares internacionales; la garantía de independencia se hace efectiva a través del respeto al proceso de deliberación y funcionamiento del sistema judicial.

Juezas y jueces, magistradas y magistrados, en particular aquellos que han permanecido independientes y que han contribuido a la lucha contra la impunidad y corrupción en Guatemala, deben ser protegidos y su labor garantizada para que puedan continuar con sus labores. A los órganos del Estado, incluyendo la Corte Suprema, le corresponde velar por esa protección y no admitir solicitudes de antejuicio infundadas que buscan presionar a quienes imparten justicia.

En un Estado de Derecho es vital garantizar que quienes imparten justicia realicen sus funciones libres de influencias, amenazas o intromisiones indebidas en la adopción de sus decisiones conforme a los estándares internacionales de derechos humanos. Celebro los esfuerzos que la AGJI, en ejercicio de la libertad de asociación, realiza para proteger a sus integrantes.

Un tercer tema tiene que ver con la integridad y la ética judicial, así como el indispensable enfoque meritocrático que debe regir, en general, para el ingreso y ascensos dentro de la carrera judicial. He insistido en que los Principios Básicos y los derechos que ellos protegen deben leerse e interpretarse en concordancia con los principios de integridad, corrección, igualdad, competencia y diligencia contenidos en los Principios de Bangalore sobre la Conducta Judicial. La Red Global de Integridad Judicial, impulsada por el UNODC, y en cuyo Consejo Asesor me honro en pertenecer, promueve principios de ética y transparencia que son armónicos y complementarios con los Principios Básicos de 1985.

En este sentido, celebro los esfuerzos que la AGJI realizará en los siguientes meses para fortalecer la transparencia y las medidas de integridad dentro de la judicatura.

En mi calidad de Relator Especial de Naciones Unidas sobre Independencia de Jueces y Abogados, continuaré pendiente de las actividades de la AGJI y de los esfuerzos para frenar el constante menoscabo de la independencia judicial en Guatemala en fortalecimiento del Estado de Derecho.